Detestando fuera del tarro

martes, 8 de mayo de 2007

Entre todas las cosas que me hacen hervir la sangre, una es la raza de ventajeros que se ponen en la cola de la caja rápida del supermercado (la que dice claramente en un cartel perfectamente visible que es exclusiva para quienes lleven 15 o menos artículos) con unos carritos llenos hasta el tope.
No se trata de torpeza, no se trata de distracción, lo hacen a propósito, defecándose en todos los que sí respetamos el límite.
Normalmente los cajeros timoratos y deseosos de evitarse problemas los atienden igual, y los muy vivillos salen satisfechos mirando sobradoramente a los que esperan pacientemente en las filas generales.

Ayer estaba esperando en la mencionada caja con mis escasas compras y divisé a una exponente de esta despreciable casta. Era una señora entrada en años, que ponía cara de perro en plena cópula. Estaba justo delante mío.

La destesté en voz baja, mascullando maldiciones gitanas, hindúes, chinas, filipinas, noruegas y sudafricanas. No le dije nada: quería esperar a que la cajera la atendiera, y ahí sí, desatar toda mi ira contenida en partes proporcionales sobre las dos. Porque ya era hora de poner también en evidencia a la cajera cómplice que no le recuerda a la aprovechada que las reglas son para todos.

Ahhh...cómo saboreaba la anticipación del momento en que mi flamígera espada habría de impartir justicia, cómo disfrutaba con antelación el instante en que la victoria de la infractora se convertiría en oprobio. Imaginaba días venideros en los que la mujer habría de cuidarse de mi presencia, en los que debería evitarme porque mi figura vindicativa le recordaría su ignominia.

Y llegó a la caja, y comenzó a descargar su carrito en el mostrador, y yo me preparé para mi embestida, mientras contaba mentalmente los artículos. Diez, once...esperaría a que la regla se quebrantara, y entonces desataría el infierno sobre la desconsiderada y su secuaz...trece, catorce...ya viene, ya viene...quince...uno más...La cuenta se detuvo. La mujer miró confundida su carrito. Murmuró algo. La cajera esperaba. La mujer se veía turbada. Yo me quedé congelado en posición de ataque. Entonces habló: -Pero, qué tonta-dijo-Creí que tenía 15 artículos. Bueno, estos los dejo, evidentemente conté mal. Y dejó los elementos sobrantes, haciendo honor a la regla limitante.

Y me dejó ahí, bañado y sin fiesta. No me pregunten qué tuve que hacer con la flamígera espada. No me pregunten.

Buenas noches.

Lo detestó Bugman a las 8:32 p. m.  

13 detestaron:

SAQUENME DE AQUI!!!!

Anónimo dijo...
1:30 p. m.  

por lo que lei usted sabe maldiciones gitanas, hindúes, chinas, filipinas, noruegas y sudafricanas...si me las pasa quedare eternamente agradecido.

3:11 p. m.  

Pero, Flami...anoche no decías lo mismo...

Bugman dijo...
6:26 p. m.  

Cacho, (usted sabe que me impresiona un poco llamarlo por Su nombre). Ni piense que le voy a decir una sola maldición, justamente a Usted. Yo estoy a favor del poder limitado.

Bugman dijo...
6:30 p. m.  

Una duda marginal: ¿qué cara pone el perro en plena cópula?

Fabiana Bump dijo...
9:36 p. m.  

pone cara de perro feliz, aunque le gustaría tener puerta para cerrarle a los vouyeristas. estos comentantes de hoy día...

11:24 p. m.  

Fabiana, Andrea ya lo describió bastante bien, pero la expresión popular se refiere a un ser que refleja un total desprendimiento de las cosas mundanas, del aquí y ahora, del mismo ser.
O sea, pone cara de otro.
(Ahora no me pregunte qué es poner cara de otro, porque entramos en un "loop" y se nos cuelga el software)

Bugman dijo...
12:50 a. m.  

che la espada ¿se la vendiste a Damocles o te la metiste en el orto?

Cara de Silla dijo...
10:41 a. m.  

¡Destesto a los amlditos que me despiertan de mi sueño eterno (y mentiroso) para pedirme asiento!

He dicho.
Saludos.

7:07 p. m.  

Pitty, les pedí que no me preguntaran! (Bugman escribiendo de pie)

Recontra, bienvenido, deteste, deteste con libertad, deteste sin culpa, con alegría, sienta la satisfacción de la descarga, la liberación, la acción sanadora de la bronca desatada. Y no se haga el dormido y deme el asiento que soy una persona mayor.

Bugman dijo...
11:32 p. m.  

Me pasó una vez algo parecido, la diferencia fue que como la cajera no me queria dejar pasar mis 15 productos, la caja era de 10, le deje todo arrbia de la cinta!
TOMA GUACHA! A LAS VIEJAS LAS DEJAS PASAR Y A MI NO?

Ademas, lo que detesto mucho son a los pelotudos que no te dejan bajar del subte en la estación Los Incas
y se suben rápido porque tienen miedo de bajar parados.

Cara de Silla dijo...
8:17 p. m.  

perdon por la pregunte bugman pero como en los supermercados hacen lo que quieren pensé que aca tambien!

LIBERTAD!
LIBERTAD!
LIIIIIIIIIIIIIIIIIBERTAD!

Cara de Silla dijo...
8:20 p. m.  

Pitty, tiene razón, grite, pregunte, moleste, empuje, sea y deje ser.
FREEEEEEEEEEDOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!!
(con voz de Mel Gibson despuès de que le cortan....eh, bueno)

Bugman dijo...
10:06 p. m.  

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