Sensación térmica

viernes, 12 de enero de 2007








Detesto el calor. El calor nos pone pringosos, pegajosos, pesados y molestos. No hay manera de no parecer miserable con una temperatura de 35 grados. No se puede dormir, no se puede trabajar, no se puede vivir. Te terminás de bañar y secarte con la toalla ya te pone a transpirar de nuevo. Viajás en colectivo o en subte y los hedores humanos te dejan bizco. ¿Cuánto falta para que llegue el invierno?

Lo detestó Bugman a las 10:54 p. m. 6 detestaron